26 de julio de 2011

"Pasar las Horcas Caudinas"

La expresión alude al hecho de  aceptar irremediablemente una situación deshonrosa. Surge en el 321 a.C., en el contexto de las guerras samnitas. El samnita Poncio sabía que un importante ejército romano estaba cerca de Calatia, así que envió soldados vestidos de pastores para contarles que los samnitas estaban sitiando  Lucera, una colonia romana clave en la retaguardia del Samnio.

23 de julio de 2011

Testimonios de la antigüedad sobre los cántabros (II)

Nacimiento del río Ebro

... el río Hiberus; nace en los Cántabros, grande y hermoso, abundante en peces.
 Catón el Viejo (Orígenes VII, 1)
 
El río Íber, que tiene sus fuentes en el país de los kántabroi, fluye hacia el Mediodía por una gran llanura, corriendo su cauce paralelamente a los montes Pyrenaíoi.
Estrabón (Geografía III, 4, 10)
 
... la corriente del Híberus, rico por su comercio fluvial, que nace entre los cantabri, no lejos del oppidum de Iuliobrica, y fluye durante 450.000 pasos, siendo navegable en un trayecto de 260.000, a partir del oppidum Vareia. Por él los griegos apellidaron Iberia a toda la Hispania en total.
Plinio el Joven (Historia Natural III, 21)

21 de julio de 2011

Sobre las columnas de Hércules

Son muchos los autores griegos y latinos, y de siglos muy distantes, los que hacen referencia de una forma u otra a las columnas de Hércules.  Estas fueron la frontera del mundo conocido por el occidente, asociada también a Finisterre (Finis Terrae, final de la tierra), a lo largo de la Antigüedad y también de toda la Edad Media, hasta finales del siglo XV, con el descubrimiento de América.

 

El rey y emperador Carlos V fue quien adoptó el lema "Plus Ultra" y las columnas que acompañan al escudo de España desde entonces (imagen izquierda) olvidando la antigua advertencia ("Non terrae plus ultra") que según la leyenda  había establecido el propio Hércules a través de dichas columnas: el peñón de Gibraltar (antiguo Kalpe o Calpe) y el Monte Hacho, en Ceuta (antigua Abila), animando así también a navegantes y exploradores hacia el Nuevo Mundo. De hecho, el primer ayuntamiento de América, el de Veracruz (México), contiene en su escudo de armas (imagen derecha), concedido por el monarca español en 1523, las columnas y la misma leyenda.
                                                                        














Estos son algunos de los testimonios recogidos:

Neco, rey de Egipto, fue el primero en admitir la posibilidad de dar la vuelta. Luego que terminó la construcción del canal que va desde el Nilo hasta el Golfo Arábigo, envió fenicios en naves, ordenándoles que navegasen en su viaje de retorno por las Columnas de Hércules hasta llegar al mar septentrional y por lo tanto a Egipto. 
Herodoto (Historias IV, 42) siglo V a.C.


“Se llama Iberia a la parte que cae sobre Nuestro Mar a partir de las Columnas de Hércules; mas la parte que cae hacia el Gran Mar o Mar Exterior no tiene nombre común a toda ella a causa de haber sido reconocida recientemente”

Polibio (III, 37 10-11) siglo II a.C.


“Sobre la fundación de Cádiz he aquí lo que dicen recordar los gaditanos: que cierto oráculo mandó a los tirios fundar un establecimiento en las Columnas de Hércules; los enviados para hacer la exploración, llegaron junto al estrecho que hay junto a Calpe, y creyeron que los promontorios que forman el estrecho eran los confines de la tierra habitada y el término de las empresas de Hércules; suponiendo entonces que allí estaban las columnas dde que había hablado el oráculo, echaron el ancla en cierto lugar más acá de las columnas...
Tiempo después, los enviados atravesaron el estrecho, llegando hasta una isla consagrada a Hércules, sita junta a Huelva, a unos mil quinientos estadios fuera del estrecho; como creyeran que estaban allí las columnas, sacrificaron de nuevo a los dioses... En la tercera expedición fundaron Cádiz y alzaron el santuario en la parte occidental... Por esto unos creen que los promontorios que forman el estrecho son las Columnas, mientras que otros las identifican con Cádiz, habiendo quien cree que están fuera, más allá de Cádiz.”

Estrabón (Geografía, III, 5) siglo I a.C.


“...80 años después de la caída de Troya, aproximadamente hacia el 1100; en esta época, la flota tiria, que dominaba el mar, fundó Gadir en el extremo de Iberia, en una isla rodeada del Océano y separada del continente por un estrecho muy breve”
Veleyo Patérculo (Historia Romana 1,2,3) siglos I a.C.- I d.C.


“Entre los remotos rebaños del pueblo Hesperio, el pastor de tres cuerpos de la costa tartesia (Gerión) fue matado (por Heracles); fue traído el botín desde los confines de Occidente y el ganado familiarizado con el Océano pastó en el Citerón (monte cercano a Tebas).
Cuando se le mandó (a Heracles) que penetrara en las regiones del sol estival y en los tostados reinos que abrasa el mediodía, desunió las montañas dejándolas a uno y otro lado, y rota esta barrera abrió un ancho camino por donde se precipitó el Océano (hacia el Mediterráneo)”

                        Séneca (Hércules enloquecido, 231-238) siglo I d.C.


“Griegos y latinos llaman así al Océano porque, a manera de un círculo, rodea el orbe de la tierra... Los mares tomaron cada uno su nombre distinto de las regiones próximas a ellos... El estrecho gaditano debe su denominación a Cádiz, donde se encuentra el umbral del Gran Mar (Mediterráneo), en el que se separa del Océano; por eso, al llegar Hércules a Cádiz levantó allí unas columnas creyendo que se encontraba el fin del orbe de las tierras”

San Isidoro de Sevilla (Etimologías, XIII, 15) siglo VII d.C.


19 de julio de 2011

Vae victis! (y los gansos sagrados)

Se trata de una expresión latina que significa “¡Ay, de los vencidos!”, pronunciada por el jefe galo Breno que había sitiado y vencido a la ciudad de Roma.

El 18 de julio del 387 a.C. el ejército romano de 24.000 hombres, bajo el mando del cónsul Quinto Sulpicio se dispuso para la batalla en las orillas del Río Alia. Solo una minoría del ejército romano de aquella época estaba formado por patricios, en forma de infantería pesada, al estilo hoplita griego, el resto eran levas mal entrenadas y equipadas de campesinos.
Breno, jefe galo de la tribu de los senones, estaba al mando de un ejército de números similares pero mejor entrenado o, al menos, con mas experiencia y mejor equipamiento. 

Durante la batalla, Breno rompió la línea romana, primero concentrándose en los flancos, que destrozó rápidamente, y a continuación, rodeó y destruyó a las tropas pesadas en el medio. Las tropas romanas restantes huyeron.
Tres días más tarde, Roma caería bajo el ejército de Breno, salvo la fortaleza de la colina Capitolina. El asalto inicial a la colina Capitolina fue rechazado. Breno pensó en un plan para atacar a los romanos durante la noche. El asalto fue frustrado, al parecer, por el ruido emitido de los "gansos sagrados" en el templo de Juno, que despertaron a los romanos. Después de eso, Breno decidió rodear la colina y matar de hambre a los romanos. Así, los defensores romanos pidieron negociar con Breno después de seis meses. En las negociaciones, Breno acordaba abandonar Roma si le pagaban 1.000 libras de oro (unos 357 kg). Los romanos aceptaron a regañadientes.
Cuando los romanos percibieron que los galos habían amañado la balanza en que se pesaba el oro, Breno desenvainó su espada y la puso encima de las escalas, diciendo la famosa frase Vae Victis (Ay de los vencidos), que ha quedado como frase hecha para indicar que los vencedores no se apiadan de los vencidos.
Roma siempre recordaría a Breno. Después de la salida de los Senones, Roma sufrió una dramática reforma militar, las reformas de Camilo, y fue principalmente debido a Breno y a las posteriores guerras contra los Samnitas que los romanos abandonaron la forma helénica de lucha y adoptaron un modelo más estandarizado.

Estos acontecimientos permanecieron en la memoria de Roma durante generaciones y cada año, en el aniversario del saqueo, los perros guardianes eran crucificados en la Colina Capitolina como castigo a su negligencia por no alertar a las gentes de Roma. Los gansos capitolinos, en reconocimiento por haber sido la única advertencia del ataque, eran traídos a ver el espectáculo en cojines de color púrpura.
Vae Victis! es también el título de una colección de cómics que narra la guerra de las Galias desde la perspectiva de los celtas, en concreto, de una muchacha que los romanos llamaron Ámbar.