10 de abril de 2011

El consulado del caballo "Incitatus"

Roma hizo del caballo su animal predilecto, y de las carreras de caballos su deporte favorito.

De todos los caballos de Roma, incluyendo el de Julio César, el más famoso, sin duda, es el del emperador Calígula, cuyo gobierno se extendió entre los años 37 y 41 d.C. Se llamaba "Incitatus", es decir, "Impetuoso", y era de origen hispano, lo cual no sorprende, pues Roma importaba cada año de Hispania alrededor de 10.000 caballos.

Calígula, por lo visto, llegó a adorar a la noble bestia hasta el punto de que mandó construir para él una caballeriza de mármol y un pesebre de marfil…y más tarde una casa-palacio con jardines, mobiliario de lujo y sirvientes para su cuidado personal. Dormía con mantas de color púrpura (el tinte más caro en la Antigua Roma, reservado a la familia imperial) y llevaba collares de piedras preciosas.

Más tarde otorgó a Incitatus el título de Cónsul. Este hecho ha sido tradicionalmente interpretado como fruto de la demencia del emperador, pero lo cierto es que la actitud servilista y pusilánime de los senadores del reinado de Calígula bien pudiera haber influido en dicho nombramiento, volviéndolo un hecho irónico que denotaría el sarcástico desprecio de Calígula hacia las instituciones públicas del Imperio.

La leyenda asegura que el joven emperador comía y dormía en los establos, junto al caballo, los días de las carreras y, para que nada ni nadie turbase al equino, ya desde la víspera decretaba el "silencio general" de toda la ciudad bajo pena de muerte a quien no lo respetase. Se cuenta que en una de aquellas carreras, a pesar de todo, perdió "Incitatus" y que Calígula no pudo contenerse y mandó matar al osado auriga, pero pidiendo al verdugo que lo hiciera lentamente, para que sufriera.

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