11 de diciembre de 2011

La adivinación en Roma: augures y arúspices (II)

Los auspicios de los pollos sagrados, llamados  signa ex tripudiis, consistían en la observación del modo de comer de los pollos sagrados (que estaban bajo el cuidado especial de un pollero en una jaula determinada). En un principio cualquier ave pudo servir, pero con el paso del tiempo la técnica se fue especializando hasta quedar limitada únicamente a la observación de estos pollos; si producían un repiqueteo contra el suelo al comer con gran avidez los granos, provocaban el tripudium solistimum o el augurio más favorable que podía obtener el pueblo romano y el ejército. Cuando las aves rehusaban comer, o se entretenían por no picar el grano o echaban a volar, se deducía el mal presagio.

En la batalla naval de Drépano contra los cartagineses, con rostros compungidos los combatientes observan cómo los pollos rechazan la comida:
“Claudio Pulquer, en las proximidades de Sicilia, en una ocasión en que, al tomar los auspicios, los pollos sagrados no querían comer, ordenó, para mostrar así su menosprecio por la religión, que los echaran al mar, diciendo ut biberent, quando esse nollent -que beban puesto que no quieren comer-.” (Suetonio, Tiberius 2,2). El desastre naval romano resultó célebre.

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