20 de noviembre de 2011

Ciudadanos romanos para la historia (VII)

  Lucio Licinio Lúculo

 
Lucio Licinio Lúculo nació hacia el año 110 a.C. Sirvió a las órdenes de Sila en la guerra civil de 90-88 a.C. y llegó a cónsul en el año 74 a.C. Se le confió la dirección de la guerra contra Mitríades, rey de Ponto Euxino. Fue relevado de su cargo por el Senado,  acusado de usar la campaña en beneficio propio. Tales acusaciones no eran infundadas, pues volvió de la campaña con una de las mayores fortunas de Roma.

Desde el 66 a.C., Luculo se dedicó a la vida privada en Roma. Se construyó una espectacular mansión en el monte Pincio, de la cual hoy se conserva la parte llamada "Horti Lucullani" o Jardines de Luculo. El lujo y la opulencia que le rodeaba era de tal magnitud, que se convirtió en el paradigma de la exquisitez y el refinamiento. La palabra inglesa "luxury", que se emplea para expresar lujo, refinamiento y exquisitez, deriva de "lucullian" o luculiano, adjetivación de su nombre.

Casi a diario celebraba abundantes cenas, en alguno de los doce comedores de que disponía su mansión. Este es el origen de la expresión "cenas luculianas". La exquisitez en la mesa era inseparable al fomento de la cultura. Luculo armó una excepcional biblioteca, que abrió al público, convirtiéndose en centro de reunión de las personalidades de la cultura romana, especialmente los filósofos.

La anécdota más conocida de Luculo da origen a la frase "Luculo cena en casa de Luculo". Nos ha llegado a través de las "Vidas paralelas" de Plutarco. Una vez que cenaba sólo, sin tener ningún invitado, le sirvieron una cena mediocre; él, llamando a su mayordomo le reprendió. El mayordomo se excusó diciendo que como no había ningun invitado no había creído necesario servir una cena más suntuosa. Luculo respondió "Entonces, ¿no sabías que Luculo cenaba con Luculo?".

Otra anécdota relatada por Plutarco es la siguiente: estaban paseando juntos Cicerón y Pompeyo, cuando se encontraron con Luculo. Ciceron le preguntó si era momento oportuno para pedirle un favor, a lo que Luculo contestó que por supuesto. Entonces Ciceron le planteó que su deseo era que Luculo les invitará a cenar, pero solamente la cena que tenía preparada para sí mismo. Cogido por sorpresa, Luculo solicitó hablar antes con sus criados, pero sus amigos no se lo permitieron, porque podría cambiar las órdenes que tenía dadas. Luculo entonces pidió permiso para decir a los criados sólamente que cenaría en el salón de Apolo (uno de los doce comedores de su mansión), lo cual le fue concedido. Con este ardid consiguió organizar una cena digna de sus huéspedes, puesto que sus criados sabían, por el comedor que se usaba, cuanto se debía gastar en la cena. Luculo tenía estipulado un presupuesto para cada comedor, y el de una cena en el Apolo suponía 50.000 dracmas: una auténtica fortuna.
Lúculo es conocido también por haber introducido el cerezo en Europa, transplantándolo desde el Ponto Euxino a la Península Ibérica.

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